Historia Argentina: LA GUERRA DE MALVINAS

lunes, 18 de agosto de 2008

LA GUERRA DE MALVINAS


La Guerra de las Malvinas

O Guerra del Atlántico Sur (en inglés Falklands War) fue un conflicto armado entre Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. La guerra se desarrolló entre el 2 de abril, día de la invasión de las Islas por parte del ejército argentino, y el 14 de junio de 1982, fecha de su rendición, lo que conllevó la reocupación de los tres archipiélagos por parte del Reino Unido.

La causa inmediata fue la lucha por la soberanía sobre estos archipiélagos australes, tomados por la fuerza en 1833 y dominados desde entonces por el Reino Unido, algo nunca aceptado por la Argentina que los sigue reclamando como parte integral e indivisible de su territorio; de hecho, considera que se encuentran ocupados ilegalmente por una potencia invasora y los incluye como parte de su provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

El coste final de la guerra en vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños.

Políticamente, en Argentina, la derrota en el conflicto precipitó la caída de la junta militar (que gobernaba el país y que había sucedido a otras juntas militares instauradas por el Proceso de Reorganización Nacional en 1976) y la restauración de la democracia como forma de gobierno. En el Reino Unido, por su parte, la victoria en el enfrentamiento ayudó a que el gobierno conservador de Margaret Thatcher lograra la reelección en las elecciones del año 1983.

Contexto

Las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur son tres archipiélagos situados en el Océano Atlántico, frente a las costas argentinas, que constituyen un dominio colonial británico.

Desde su primera ocupación en 1763 por parte de los franceses, han sido constante motivo de conflicto entre el Reino Unido, Francia y España, y después entre el Reino Unido y la Argentina, que al considerarse heredera de los derechos españoles sobre el territorio, ejerció en este su soberanía efectiva hasta que se produjo la invasión británica de las Malvinas en 1833.

En 1767 Francia reconoció la soberanía española sobre las islas Malvinas,; además, en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka o de San Lorenzo, el Reino Unido reconocía también la soberanía hispana en los archipiélagos del Atlántico Sur próximos al continente americano a cambio de asentarse en la isla de Nutka. En 1776, cuando se creó el virreinato del Río de la Plata, las islas Malvinas se incluyeron en el territorio de la gobernación de Buenos Aires.

En 1965 la Argentina consiguió que la Asamblea General de la ONU aprobase la resolución 2065, calificando la disputa como un problema colonial y urgiendo a las partes a negociar una solución; no obstante, las negociaciones resultaron infructuosas durante los siguientes diecisiete años.

El 18 de marzo de 1977, la Armada Argentina estableció la estación científica Corbeta Uruguay en la isla Morrell (grupo Tule del Sur), en el archipiélago de las Sandwich del Sur, y llevaba operándola desde entonces. Esta instalación tuvo gran repercusión en la prensa argentina, pero el Reino Unido había optado por ignorarla considerándola irrelevante.

Sólo uno de estos archipiélagos, las Islas Malvinas, tiene población civil propia permanente (llamados en inglés despectivamente como los kelpers). Generalmente de origen escocés, esta comunidad se considera a sí misma británica y apoya la permanencia de la posesión británica de las islas. Los otros dos están ocupados, esencialmente, por personal científico.

Las relaciones entre Argentina, el Reino Unido y los habitantes de las islas hacia finales de la década del 60 y principios de la década del 70 fueron, en general, muy buenas. Durante gran parte de los años previos a la guerra, semanalmente operaba un vuelo entre Argentina y Puerto Stanley, del cual los isleños dependían considerablemente para su provisión y para la atención médica avanzada. Incluso, la pista de aterrizaje original de Puerto Stanley (realizada en aluminio) fue construida por la Fuerza Aérea Argentina hacia principios de la década del 70.

Aspectos económicos, geoestratégicos y políticos

Económicamente, en otro tiempo, en las islas existían importantes puestos balleneros, pero la gradual desaparición de numerosas especies de ballenas en los mares australes y los profundos cambios en el negocio aceitero hicieron que la relevancia económica de la actividad se redujera dramáticamente. No obstante, numerosas investigaciones confirman yacimientos de crudo en la plataforma continental en la que se encuentran las Malvinas. La plataforma es además una rica pesquería.

Políticamente, el interés de Argentina por el archipiélago obedece a su visión del mismo como territorio irredento.

Estratégicamente,

1. la posesión de territorios adyacentes a la Antártida puede otorgar derechos sobre este continente en futuras negociaciones relacionadas con el mismo.

2. El control de este archipiélago entrega una posición estratégica a su ocupante sobre el cruce austral y su tráfico marítimo.

La situación en Argentina antes del conflicto

A comienzos de los años 1980, el modelo económico de la Junta militar dio claras muestras de agotamiento, lo que provocó numerosas tensiones sociales: 90% de inflación anual, recesión profunda, interrupción de buena parte de la actividad económica, generalización del IVA (impuesto al valor agregado), empobrecimiento de las clases medias, brusco aumento del endeudamiento externo de las empresas y del Estado, salario real cada vez más depreciado, aumento de la pobreza y sus lacras, etc.

La sustitución del jefe de la Junta Jorge Rafael Videla por el general Roberto Viola y, luego, de este por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, fue una consecuencia de esa crisis. La consiguiente decisión de intentar recuperar las Malvinas fue tomada, entre otras varias razones, tanto por el efecto que podría conseguirse a la hora de desviar la atención social de esos problemas, como por las posibilidades de recuperar el crédito perdido entre determinados sectores sociales sensibles a una acción de interés patriótico como esa.

La guerra

Fundamentos políticos y militares de la invasión argentina

La decisión se basó en los siguientes presupuestos políticos y militares:

1. Naciones Unidas se había adherido firmemente a la doctrina de la guerra justa mediante la aprobación por grandes mayorías de las resoluciones 2131 (1965), 2326 (1967), 2908 (1972), 3281 (1974) y 3314 (1974), que reconocían explícitamente la legitimidad de las guerras de liberación, de autodeterminación, contrarias a la opresión racial, etc. Amparada en este antecedente legal, la mención a una hipotética recuperación de las islas por la vía armada había estado presente en el discurso diplomático bilateral desde 1972.[4]

2. Entre 1981 y 1982, varias acciones del gobierno británico fueron interpretadas por la junta militar argentina como señales de desinterés por el archipiélago, sus habitantes y su futuro:

Debido a recortes presupuestarios, el ministerio de defensa británico decidió prescindir de sus dos portaaviones (HMS Hermes y HMS Invincible), sus dos buques de desembarco de tropas (HMS Fearless y HMS Intrepid) y del patrullero antártico HMS Endurance, llamado por los británicos «el guardián de las Islas Falkland». Varios periódicos argentinos llegaron a afirmar que el Reino Unido abandonaba la protección de las Islas Malvinas. En el mismo sentido, los representantes malvinenses en Londres expresaron su profunda preocupación por el inminente desarme.

La nueva ley de nacionalidad aprobada por el parlamento británico relegaba a la mayoría de los nativos malvinenses a una segunda categoría y les negaba la ciudadanía completa.

3. La guarnición británica en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur era reducida, y la lejanía a la metrópoli impedía la llegada de refuerzos a tiempo.

4. La capacidad de guerra anfibia del Reino Unido a medio mundo de distancia no parecía estar a la altura de las circunstancias, pese a su gran poderío aeronaval.

5. No parecía probable que el Reino Unido realizara un contraataque a gran escala, afectando al territorio continental argentino —por ejemplo, usando sus submarinos nucleares— por una cuestión colonial sobre unas islas remotas.

Basándose en líneas generales en lo anterior, el gobierno argentino diseñó un plan para la recuperación militar de los tres archipiélagos en disputa llamado Operación Rosario, alterando el statu quo por la vía de los hechos. La operación fue creada a finales de 1981 y principios de 1982 por el Almirante Jorge Isaac Anaya, miembro de la Junta presidida por Galtieri.

La Operación Rosario

La Operación Rosario consistía en una serie de acciones de intensidad creciente encaminadas a la recuperación argentina de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur que se ejecutarían en sentido inverso (de Este a Oeste y de menor a mayor relevancia política), iniciándose de la manera más discreta posible y culminando con la toma del archipiélago de las islas Malvinas y de su capital, Puerto Argentino/Stanley mediante un asalto directo. La Junta logró mantener en secreto el plan de Anaya hasta apenas 48 horas antes del inicio de las hostilidades.

Movimientos previos

En septiembre de 1979 el empresario argentino Constantino Davidoff, especializado en negocios con chatarra, firmó un contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo (Reino Unido), adquiriendo instalaciones balleneras abandonadas en las islas Georgias del Sur.

Davidoff gestionó en la Embajada británica de Buenos Aires el servicio del buque Endurance a fin de transportar a las Islas el personal y equipos necesarios para desmantelar las instalaciones, pero como su pedido no fue aceptado, la Armada Argentina llevó a cabo la tarea.

El empresario comunicó a la Embajada británica su viaje al archipiélago de Malvinas y en diciembre de 1981 zarpó con destino a las Georgias, a bordo del rompehielos ARA Almirante Irízar (Q-5). El 19 de marzo de 1982, Davidoff regresó al lugar en el ARA Bahía Buen Suceso (B-4) en donde se produjo el izado de una bandera Argentina en las islas. El Foreign Office ordenó el envió del Endurance con el objetivo de obligar a los operarios a arriar la bandera y evitar el desembarco del personal.

El 21 de marzo, luego de que zarpara el ARA Bahía Buen Suceso (B-4) dejando el grupo de Davidoff en tierra para seguir con sus tareas, se solicitó al gobierno argentino desalojar a los operarios allí apostados.

Después que la Junta Militar enviara al ARA Bahía Paraíso (B-1) a Georgias para evitar que los marines ingleses del Endurance desalojaran por la fuerza a los trabajadores argentinos, se sucedieron una serie de reuniones y conversaciones de alto nivel mandatario a fin de suavizar el tono de la negociación diplomática.

El 26 de marzo el comité Militar argentino resolvió prestar apoyo y proteger al citado grupo de ciudadanos. A tal efecto fueron destacadas al lugar varias unidades de la flota de guerra argentina; entre ellas, el ARA Bahía Paraíso (B-1) con 200 infantes de Marina a bordo.

Durante las horas subsiguientes, las noticias procedentes del sur daban cuenta de un inusual movimiento de buques de guerra de la Armada Argentina en el Atlántico Sur.

El 28 de marzo de 1982 a las 10.57, el ARA Santísima Trinidad (D-2) (DEST) zarpó como buque insignia del Comandante de la Fuerza de Tareas 40, embarcando a su comandante y al Comandante del teatro de Operaciones Malvinas, General de División Osvaldo García.

Al día siguiente la FT.40 inició el desplazamiento hacia su objetivo, navegando a 14 nudos, en formación circular, protegiendo a la nave más valiosa del conjunto, el Buque de Desembarco de Tanques (BDT) ARA Cabo de San Antonio (Q-42), que llevaba las tropas y medios para el desembarco.

Mar afuera se les unió el rompehielos ARA Almirante Irizar (Q-5) (RHAI), y comenzó la distribución de los planes y la cartografía necesarios por medios de helicópteros, mientras la FT.40 se destacaba en una posición al norte de las Islas.

El viento se incrementó y afirmó del sudoeste con intensidad de temporal, por lo que la FT.40 debió bajar su velocidad hasta tener un avance efectivo de 6 nudos. El DEST, debido a los golpes de mar, perdió parte de la carga de nafta que la Agrupación de Comandos Anfibios llevaba en tanques sobre su cubierta. Las pésimas condiciones del tiempo produjeron un sensible atraso en derrota de la Fuerza Anfibia, lo que provocó que se cambiase el Día "D" para el 2 de abril.

Con un viento que llegaba a los 45 nudos del sus sudoeste, mediante el uso de helicópteros desde el RHAI se repusieron los tambores de combustible perdidos en el D-2, aviones Grumman S-2 Tracker del PAL ARA Veinticinco de Mayo (V-2) cumplían vuelos de exploración.

El 30 de marzo, cuando se hizo obvio que la invasión era inminente, el Gobierno británico había ordenado que el destructor HMS Antrim, seguido de otros dos buques de superficie y tres submarinos nucleares, se dirigieran a las islas Georgias del Sur para apoyar al HMS Endurance. El resto de unidades de la marina británica se puso en alerta de cuatro horas.

El 31 de marzo el Comandante de la FT.40 dispuso una reunión en su buque insignia, para analizar la situación en función de las últimas informaciones recibidas, teniendo en cuenta que dado que el Gobernador de Malvinas impartía por radiodifusión, a su población, instrucciones, disponiendo una serie de medidas de prevención y defensa, se había perdido el factor sorpresa. Se indicaba que el Aeropuerto de Puerto Stanley se encontraba defendido con emplazamiento de ametralladoras, imposibilitando el descenso sorpresivo de aeronaves e imponiendo la nececidad de capturarlo y apresarlo. A las 18.00 se comunicó al personal a bordo del BDT, la misión que debían cumplir y los riesgos de la misma.

En vísperas del 2 de abril, mientras la guerra estaba por comenzar, seguían las tareas de desmantelamiento de la paralizada planta ballenera.

El desembarco en las islas Malvinas

Fuerza de Operaciones 40 (comandante: vicealmirante Juan Lombardo)

· Destructor misilístico ARA Hércules (D-1) (actual B-52) (4.100 t) con 4 lanzadoras de misiles MM-38 Exocet antibuque (cada una, 1 misil), 1 lanzamisiles doble antiaéreo Sea Dart, 1 cañón de 114 mm, 2 antiaéreos de 20 mm, 2 lanzadores triples de torpedos de 324 mm y 1 helicóptero Westland Sea Lynx (1977).

· Destructor misilístico D-2 ARA Santísima Trinidad (D-2) (4.100 t) con 4 lanzadoras de misiles MM-38 Exocet antibuque (cada una, 1 misil), 1 lanzamisiles doble antiaéreo Sea Dart, 1 cañón de 114 mm, 2 antiaéreos de 20 mm, 2 lanzadores triples de torpedos de 324 mm y 1 helicóptero Westland Sea Lynx (1981).

· Corbeta misilística ARA Drummond (P-1) (actual P-31) (1.250 t) 4 lanzadoras de misiles MM-38 Exocet antibuque (cada una, 1 misil), 1 cañón de 100 mm + 1 doble de 40 mm (1978).

· Corbeta misilística ARA Granville (P-3) (actual P-33) (1.250 t) con 4 lanzadoras de misiles MM-38 Exocet antibuque (cada una, 1 misil), 1 cañón de 100 mm + 1 doble de 40 mm (1981).

· Submarino ARA Santa Fe (S-21) (1.526 t) (Clase Balao ex-USS Catfish SS 339) con 10 tubos lanzatorpedos de 254 y 533 mm (1944, modernizado en 1960).

· Rompehielos ARA Almirante Irízar (Q-5) (14.900 t) con 2 helicópteros medianos Sikorsky Sea King (1978).

· Buque de transporte ARA Isla de los Estados (B-18) (3.100 t, 1951).

· Buque de desembarco de tanques LST ARA Cabo San Antonio (Q-42) (8.000 t, 1977).

· 84 comandos anfibios y buzos tácticos embarcados.

· 1º y 2º batallón de infantería de marina blindada (con vehículos anfibios LVTP-7 y LARC-5).

· Comandante: gobernador Rex Hunt

· Buque civil costero Forrest.

· 57 infantes de marina (Unidad 8901) en tierra.

· 11 miembros de la Marina Real.

· 40 miembros de la Fuerza Voluntaria de Defensa.

· La 3ra Sección de la Compañía C del Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino y parte de la jefatura de esa unidad.

El 26 de marzo, una importante fuerza naval argentina abandonó Puerto Belgrano bajo la apariencia de disponerse a realizar unas maniobras con la flota uruguaya. Sin embargo, dirigieron sus pasos a las Islas Malvinas.

El día 30, la inteligencia británica notificó al gobernador Rex Hunt que se trataba de una amenaza real y que se esperaba la invasión para el día 2 de abril. Hunt reunió a sus pocas tropas y les encomendó la defensa de las islas. En la mañana del 1 de abril, apagaron el faro e inutilizaron el pequeño aeropuerto local y sus radiobalizas.

Desembarco

El 1 de abril a las 21.18 el primer grupo de botes se desprendió del D-2: 84 comandos anfibios y buzos tácticos bajo el mando del Capitán de Corbeta Guillermo Sánchez-Sabarots. A las 22.45 el grueso de la Agrupación de Comandos Anfibios salió del buque en 19 embarcaciones destacándose, inmediatamente, el destructor en su zona de patrullado. Desembarcaron en Mullet Creek sobre las 23:00 horas. A esa misma hora, el submarino ARA Santa Fe (S-21) libró a otros diez buzos tácticos para colocar balizas de radionavegación y ocupar el Faro San Felipe (Pembroke). Cuando el ARA Santa Fe (S-21) emergió fue detectado por el radar de navegación del buque costero Forrest dándose inicio a las hostilidades. A las 23.40 en la zona del aeropuerto se observó una bengala verde y al poco tiempo fue apagado el Faro San Felipe.

Ya 2 de abril a las 1.55 el submarinos ARA Santa Fe (S-21) salió a la superficie, frente a Punta Calebroña y lanzó sus Buzos Tácticos a unos 3.000 metros del Faro San Felipe, que se encontraba apagado, alejándose, luego, a máxima velocidad en superficie, para regresar a su lugar de patrulla. A las 4.20, el destructor ARA Hércules (D-1), iza su Pabellón de Guerra e comenzó su patrullado en Puerto Groussac, protegiendo a la iniciación de la fase de asalto, la aproximación del BDT ARA Cabo San Antonio (Q-42) y de la corbeta ARA Drummond (P-1). A las 5.45 se ordenó a la Fuerza de Desembarco, abordar los vehículos anfibios, los LVTP-7 y LARC-5. Cerca de 6.00 se apagaron las luces de la bodega del BDT, se abrieron las compuertas de proa y se pusieron en marcha los enormes extractores de gases. A las 6.22 llegó la orden: "Primera ola al agua!" y desde el BDT ARA Cabo San Antonio (Q-42) comienzan a desembarcar los vehículos anfibios, con fuerzas del Regimiento de Infantería 25 del Ejército Argentino. A las 6.30 desde el D-2 se irradia un comunicado en el que intimaba a la población a no ofrecer resistencia para evitar derramamiento de sangre.

Llegada, la avanzada de las fuerzas argentinas a la casa del Gobernador se le intima su rendición, no se recibe respuesta y comienza un tiroteo generalizado, donde se produce la primer baja del conflicto, el CCIM Pedro Giachino, que es herido mortalmente, también son alcanzados por las esquirlas y resultan heridos de gravedad, el Teniente de Fragata Diego García Quiroga y el Cabo Primero Ernesto Urbina. Sin embargo la resistencia es en vano y finalmente es tomada la casa del Gobernador, y el resto de lo planificado. A pocos minutos ya aterrizaba el primer Lockheed C-130 Hércules de la Fuerza Aérea Argentina en el Aeropuerto de Puerto Stanley.

Utilizando el helicóptero Westland Lynx Mk.23 0739/3-H-141, desde el ARA Hércules (D-1), se trasladó al abanderado de la Flota de Mar, el Teniente de Fragata Martín Cazaux, para afirmar el pabellón en Stanley (posteriormente llamado Puerto Argentino).

En esas circunstancias, y ante la necesidad de brindar apoyo logístico a las unidades navales que operaban en el puerto de la capital de las islas, el comandante de la Flota de Mar dispuso la creación del Apostadero Naval Malvinas, designando como jefe del mismo al capitán de fragata Adolfo A. Gaffoglio.

Cumplida su tarea por la Fuerza de Desembarco, algunas de sus fracciones se encontraban listas para el repliegue al Continente, que comenzó el mismo 2 de abril.

A la 1:30 horas del 2 de abril, los hombres de Sánchez-Sabarots se dividieron en dos grupos: el primero, comandado por él mismo, se dirigió a los barracones de la infantería de marina británica en Moody Brook para atacarlos; el segundo, bajo el mando del Capitán de Corbeta Pedro Edgardo Giachino, avanzó hacia Puerto Argentino con objeto de tomar las oficinas del Gobernador y capturarlo. Pero los británicos, sobre aviso, habían evacuado los barracones y estaban desplegados en posiciones de combate para defender la localidad.

A las 5:45 horas, la partida de Sánchez-Sabarots abrió intenso fuego automático y de granadas sobre los barracones donde suponían a los Infantes de Marina Británicos. A los pocos minutos, descubrieron que nadie devolvía el fuego (estaban vacíos). El ruido, por el contrario, alertó al mayor Norman —que dirigía a las fuerzas británicas— de que los argentinos habían llegado.

Observando refuerzos preparados para rechazar el ataque, el grupo de Giachino, evitándolos, se dirigió directamente a la residencia del gobernador, con intención de atacarla por la puerta trasera. Entraron al anexo de los sirvientes, donde estaban atrincherados tres Marines Reales, y se entabló un combate. Giachino cayó gravemente herido junto a dos suboficiales; el resto de sus hombres se replegaron, aunque mantuvieron el asedio sobre la sede del gobierno británico, disparando desde una posición elevada ubicada al sur de la misma. Los constantes cambios de posición de los comandos y el uso de granadas de aturdimiento hicieron creer a los defensores que estaban bajo el ataque de una fuerza numéricamente muy superior a la real, lo cual resultó decisivo para obtener su rendición. Pedro Giachino murió después, convirtiéndose así en la primera baja de la Guerra de las Malvinas (por esta acción, el Capitán Giachino recibió la Cruz al Heroico Valor en Combate).

A las 6:20 horas, el ARA Cabo San Antonio (Q-42) libró la compañía E de vehículos anfibios LVTP-7 y LARC-5 del 2º de Infantería de Marina, orientándose con las balizas que habían colocado los buzos tácticos del ARA Santa Fe (S-21). La primera oleada, bajo el mando del Capitán de Corbeta (IM) Hugo Santillan, llegó a tierra y tomó la dirección del aeropuerto. La compañía D desembarcó poco después para ocupar el faro.

Cuando la compañía E llegó a las proximidades del viejo aeropuerto, sufrió el primer ataque de la infantería de marina británica. Un blindado LVTP-7 fue averiado por disparos de una ametralladora, pero la tripulación resultó ilesa. El Contraalmirante Busser, responsable del desembarco, comenzó a preocuparse: las tropas blindadas aún no habían entrado en contacto con los comandos, y la resistencia británica era más intensa de lo esperado. Ordenó entonces que una compañía del Batallón de Infantería de Marina 1 con lanzacohetes de 105 mm fuesen helitransportados a la costa.

A las 8:30 horas, el gobernador Hunt y el mayor Norman, bajo presión, debatieron qué hacer. Se sugirió dispersarse por el interior para iniciar una guerra de guerrillas, pero finalmente, creyéndose rodeados por un batallón de Infantería de Marina, decidieron que este plan de acción no tenía sentido. Hicieron traer a Héctor Gilobert, un argentino residente de las islas al que consideran un espía, y le encargaron negociar el alto el fuego. A las 9:30 horas, el gobernador Hunt rindió las islas Malvinas al contraalmirante Busser. Un avión de transporte militar argentino llevó a Hunt a Montevideo, desde donde se dirigió a Londres.

Sin embargo, en las islas Georgia del Sur los británicos no aceptaron la rendición, que les fue comunicada desde el ARA Bahía Paraíso (B-1). Cuando en la mañana del día 3 las fuerzas argentinas trataron de tomar Grytviken, los 22 infantes de marina británicos reaccionaron. No sólo derribaron el helicóptero Puma del Comando de Aviación del Ejército Argentino, sino que averiaron a la corbeta misilística ARA Guerrico (P-2) (actual P-32) con denso fuego de infantería y un lanzacohetes Carl Gustav cuando intentaba aproximarse a la población. El cabo Guanca, y los conscriptos Mario Almonacid y Jorge Águila, resultaron muertos y otros heridos. Intervino el Alouette del COAN, que artillado atacó a las posiciones inglesas. Finalmente, la P-2 logró alejarse y —aunque tenía inutilizado su cañón principal de 100 mm— disparó una salva con el de 40 mm contra las posiciones británicas. Ante este hecho, con un marine herido en un brazo y con los conscriptos infantes argentinos aproximándose, los Marines Reales decidieron rendirse.

Por lo demás, las fuerzas argentinas desistieron de atacar la base de la Isla Bird, permaneciendo allí y en Bahía Schlieper, Glaciar Lyell y Bahía Saint Andrews, 15 británicos que se mantuvieron fuera del control argentino hasta el retorno británico a las islas.

Pasado el mediodía del 3 de abril de 1982, la bandera argentina ondeó sobre las islas Malvinas, las islas Georgias del Sur y las islas Sandwich del Sur (en estas últimas hacía varios años).

Los prisioneros británicos volvieron a su país vía Montevideo.

Repliegue

Durante el 3 de abril se comenzó a replegar los elementos usados en el desembarco al BDT y al rompehielos, el grueso de las tropas que intervinieron en la recuperación, regresaron en aeronaves del Comando de la Aviación Naval y de la Fuerza Aérea Argentina.

A partir del 4 de abril desde el ARA Islas de los Estados (B-8) se trasladó a Darwin a una Compañía del Regimiento de Infantería N° 25 del Ejército Argentino y a Puerto Fox una facción de Ingenieros de Combate del EA, permaneciendo, luego, en las Islas, bajo el mando del allí formado Apostadero Naval Malvinas.

Luego de la reconquista de la Islas, entre el 6 y 7 de abril, los buques de la FT.20 y de la FT.40 se repliegan a la BNPB a la que arriban el 12 de abril.

Las operaciones en las Islas Georgias del Sur

Despliegue hacia las Georgias

El Grupo Naval Antártico concluía la campaña de verano 1981/82 y hacia la segunda quincena de marzo de 1982, el rompehielos ARA Almirante Irizar (Q-5) se encontraba en su base, el Apostadero Naval de Buenos Aires (ADBA) y el buque transporte polar ARA Bahía Paraíso (B-1) (BPBP) (CF Ismael J. García) partía desde la Base Naval Ushuaia hacia la Base Esperanza, en la Antártida, transportando a las familias que allí invernarían, para luego dirigirse a las Islas Orcadas del Sur reembarcar al personal de Batallón de Construcciones Navales que había finalizado en ellas el nuevo edificio para el destacamento antártico local.

El 23 de marzo, encontrándose el Comandante del Grupo Naval Antártico, CN César Trombetta, con insignia en tansporte polar B-1, recibió órdenes del Estado Mayor General Naval de dirigirse a máxima velocidad a las Islas Georgias del Sur, con la misión de evitar el desalojo del grupo de obreros argentinos del contratista Constantino Davidoff por parte del HMS Endurance, salido a tal efecto desde las Islas Malvinas.

El B-1 arribó a Puerto Leith en la noche del 24 de marzo y desembarcó un grupo de apoyo a los obreros argentinos; permaneció en la zona y patrulló con sus helicópteros el área. El 1 de abril recibió la orden el Estado Mayor General Naval de: "ocupar Grytviken y mantener Leith a fin de asegurar el dominio de las Islas Georgias", para lo que se le asignó la corbeta misilística ARA Guerrico (P-2) (actual P-32) a mando del CF Carlos Alfonso, y un grupo de Infantería de Marina al mando del Teniente de Navío Infantería de Marina Guillermo Luna.

Con la unidades disponibles se forma el Grupo de Tareas 60.1, con CN César Trombetta como comandante y las unidades:

· 60.1.1. buque polar ARA Bahía Paraíso (B-1),CF Ismael J. García

· 60.1.2. corbeta ARA Guerrico (P-2) CF Carlos Alfonso

· 60.1.3. fracción del BIM (Batallón de Infantería de Marina) N° 4 (40 hombres), TNIM Guillermo Luna

· 60.1.4. dos helicópteros de la Agrupación Antártica (1 Aerospatiale Puma del Ejército Argentino, 1 Sud Aviation Alouette (del Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina)

· 60.1.5. grupo de Buzos Tácticos y Comandos Anfibios (14 hombres) TNIM Alfredo Astiz

Reconquista de Grytviken

Refuerzos

El veterano sumbarino ARA Santa Fe (S-21), luego del desembarco el buque regresa a su apostadero, la Base Naval Mar del Plata. A su regreso, se le asigna una nueva misión para lo que es repostado de combustible, torpedos y víveres; por la misma, transportará una fracción de infantes de marina hacia las Islas Georgias del Sur, con su armamento completo. El S-21 zarpa el 25 de abril de 1982. La navegación fue muy complicada ya un feroz temporal azotó al buque generándole daños en la vela. Logra burlar al bloqueo inglés, e ingresar a la Isla de San Pedro, penetró en la Bahía Guardia Nacional (Grytviken), desembarca el personal y materiales. Luego del desembarco, a las 05:50 horas (local) zarpa para regresar a la zona asignada para su patrulla, pero es detectado y atacado por un helicópteros Wessex, dos Wasp y dos Lynx de los buques HMS Endurance, HMS Antrim y HMS Plymouth que se encontraban en la zona de operaciones. Al viejo submarino le disparan con misiles AS-12, cargas de profundidad y con ametralladoras, que le ocasionan un herido grave y daños de consideración sobre la vela, que le imposibilitan sumergirse para poder regresar a su base. El buque regresa a Grytviken, donde amarra a las 07:30 donde queda escorado a babor y con la popa sumergida.

Caída de la plaza del archipielago

Ante la superioridad inglesa que contaba, en la zona, con mayor números de tropas, con apoyo aéreo y fuego naval, la guarnición argentina se rinde junto a los submarinistas, que para evitar el uso del submarinos por parte británica, obturó los rumbos. El 27 de abril se intentó cambiar su posición con apoyo de un remolcador. Mientras se realizaba la maniobra el Suboficial Primero Félix O. Artuso cae, mortalmente herido, cuando un infante de marina británico le dispara indicando que había hecho movimientos que lo hicieron suponer que iba a maniobrar una válvula para provocar el hundimiento del buque.

Participación de Alfredo Astiz en las Georgias del Sur

Alfredo Astiz fue destinado a las Islas Georgias del Sur para dirigir un grupo comando llamado Los Lagartos. El 25 de abril las tropas británicas desembarcaron en las islas. Pocas horas después Astiz, ante tropas no muy superiores y antes de que los británicos abrieran fuego, rindió incondicionalmente el pabellón argentino. Una histórica fotografía muestra el momento en el que Astiz, de barba, firma la rendición ante los capitanes Pentreath y Barker de las fuerzas armadas británicas

Astiz quedó entonces detenido como prisionero de guerra. Francia y Suecia reclamaron entonces su extradición para juzgarlo. Pero Gran Bretaña, gobernada entonces por Margaret Thatcher, invocó la Convención de Ginebra, para negar la extradición y lo devolvió a la Argentina al finalizar la guerra.

Consecuencias diplomáticas del desembarco

De entre las primeras medidas tomadas por Argentina, estuvieron algunas de carácter administrativo pero con fuerte valor simbólico: cambios de topónimos por sus versiones argentinas, instauración del español como lengua oficial y modificación del código de la circulación vehicular para que se condujese por la derecha en vez de por la izquierda.

Frente a las celebraciones argentinas, el Reino Unido se conmocionó ante las imágenes de una derrota ante un ejército a todas luces inferior.

El gobierno de Margaret Thatcher, inmerso en distintas reformas muy contestadas socialmente, se hallaba en una situación delicada. Francis Pym, su ministro de Asuntos Exteriores, no veía con buenos ojos un conflicto con la Argentina por la posesión de unas islas remotas en el Atlántico Sur.

Con todo, el 3 de abril el Reino Unido logró que la ONU aprobara la resolución 502, exigiendo a la Argentina que retirara sus tropas de los archipiélagos ocupados como condición previa a cualquier proceso negociador. El Reino Unido también cortó todas las relaciones comerciales con la Argentina, y comenzó a buscar aliados diplomáticos con un éxito mucho mayor al de la Junta.

Durante el conflicto bélico, y a raíz de la inmediata ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos estados beligerantes, el Perú representó los intereses diplomáticos de la Argentina en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y, a su vez, Suiza representó los intereses diplomáticos de Gran Bretaña en la Argentina. Así, los diplomáticos argentinos destacados en Londres, se convirtieron en diplomáticos peruanos de nacionalidad argentina y los británicos en Buenos Aires, diplomáticos suizos de nacionalidad británica. Durante el transcurso del conflicto bélico, los movimientos del Servicio de Inteligencia británico sobre la Embajada peruana en Londres y sus funcionarios diplomáticos conllevó como respuesta mensajes de distracción. Se supo después que Perú, no sólo apoyó a Argentina diplomáticamente sino también militarmente, con acciones de inteligencia, pertrechos militares y medicinas. Perú fue uno de los pocos aliados de Argentina que la apoyó abiertamente durante el conflicto.

Para el 9 de abril, el Reino Unido había logrado el pleno apoyo de la Comunidad Económica Europea (ahora Unión Europea), la OTAN, la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth) y la ONU. Surgieron entonces propuestas de paz por parte del Secretario General de las Naciones Unidas, el peruano Javier Pérez de Cuéllar, y del Presidente Peruano Fernando Belaúnde Terry.

Alexander Haig, Secretario de Estado de Estados Unidos, recorrió miles de kilómetros intentando evitar la guerra entre dos firmes aliados. No tuvo éxito. La URSS, por su parte, se dedicó a observar el devenir de unos acontecimientos en los que dos fuertes aliados de los estadounidenses, ambos con gobiernos de derecha —una democracia y una dictadura—, se enfrentaban irremisiblemente. Moscú era consciente de que, más pronto que tarde, Washington tendría que decantarse por uno de los dos. Hacerlo implicaba romper la OTAN o romper el TIAR. Cualquiera de las dos opciones resultaba beneficiosa para los soviéticos.

Hacia finales del mes de abril, el presidente estadounidense Ronald Reagan se decantó por los británicos y por la OTAN. Al hacerlo, se incumplió el TIAR, aplicable en casos de guerra, para favorecer a un miembro de la OTAN. Tanto la URSS como Cuba criticaron a Estados Unidos por este posicionamiento, y Fidel Castro llegó a ofrecer su apoyo a la Junta Militar argentina.

Por su parte, Chile optó también por apoyar a Gran Bretaña.

Desde los últimos días de abril, por tanto, el Reino Unido contó con este apoyo diplomático, con inteligencia satelital estadounidense, con las últimas versiones de armamento estadounidense (AIM-9L Sidewinder, Stingers, etc) y con datos tecnológicos esenciales de lo que se consideraba —y se demostraría— el arma más peligrosa de los argentinos: los misiles antibuque Exocet de fabricación francesa. No hubo declaración oficial de guerra por ninguna de las dos partes.

La reacción militar inglesa: la Operación Corporate

La reacción del Reino Unido fue una inmediata respuesta militar lanzada el 21 de mayo de 1982. La ciudad capital de las Islas, Puerto Argentino (Stanley para los Británicos) fue finalmente tomada por las fuerzas Británicas nuevamente el 14 de Junio de 1982. Volviendo a las islas al status previo a la invasión Argentina.

Operación Corporate fue el nombre dado a la operación Británica para retomar posesión de las islas Malvinas en 1982. El día 2 de mayo, fuera de la zona de exclusión, el submarino británico Conqueror torpedeó y hundió al crucero “General Belgrano”: allí murieron 323 de sus tripulantes. Unos días después, aviones argentinos devolvieron el golpe: lanzaron un misil Exocet que hundió al crucero “Sheffield”. Los ingleses desplazaron sus barcos al Estrecho de San Carlos, que separaba ambas islas, y finalmente desembarcaron al Noroeste de Isla Soledad, el 21 de mayo. Durante muchos días, la aviación argentina bombardeó tenazmente los barcos británicos pero no pudo impedir el desembarco.

Las fuerzas británicas avanzaron rumbo a Puerto Darwin, donde se produjo la violenta batalla Pradera del Ganso entre el 27 y el 28 de mayo. Murieron 55 argentinos. Entre el 10 y el 14 de junio, fecha de la rendición, se produjeron feroces combates en muchos de los cerros que rodean Puerto Argentino: Monte Longdon, Monte Two Sisters, Wireless Ridge, Monte Tumbledown. Fueron breves pero duros enfrentamientos en malísimas condiciones climáticas, en general por la noche y luego de demoledores bombardeos desde tierra, mar y aire.

Muertos del bando argentino

· Ejército Argentino:

· 194 (16 oficiales, 35 suboficiales, 143 soldados conscriptos)

· Armada de la República Argentina:

· 375 (ARA General Belgrano 321, ARA Alférez Sobral 8, ARA Santa Fe 1, ARA Guerrico 1, ARA Isla de los Estados 5, Infantería de Marina 34, Base Islas Malvinas 1 y 4 pilotos del COAN)

· Fuerza Aérea Argentina:

· 55 (41 aviadores)

· Gendarmería Nacional Argentina:

· 7

· Prefectura Naval Argentina:

· 2 (Río Iguazú 1)

· Agentes civiles:

· 16 (ARA Isla de los Estados 13, ARA General Belgrano 2 y Narwal 1)

649 hombres

Lista de los muertos, 1998.

Lista de los muertos con Comandos

Muertos del bando británico

· Ejército Británico: 123 (7 oficiales, 40 suboficiales y 76 soldados voluntarios).

· Regimiento de Paracaidistas: 39

· Servicio Especial Aéreo: 19

· A bordo de las naves RFA Sir Galahad y Sir Tristam: 43.

· Regimiento de Gurkhas: 1.

· Marina Real Británica (Royal Navy): 86

· destructores: HMS Sheffield 19, HMS Coventry 18, HMS Glamorgan 13, fragatas: HMS Ardent 22, HMS Argonaut 2.

· Marines Reales (Royal Marines): 27 (2 oficiales, 14 suboficiales y 11 soldados voluntarios).

· Real Flota Auxiliar: 4. (RFA Sir Galahad y Atlantic Conveyor).

· Real Fuerza Aérea Británica: 1 (1 oficial).

· Agentes civiles: 14 (Atlantic Conveyor 8, RFA Sir Galahad y Sir Tristam 4).

· Isleñas de Malvinas: 3 mujeres civiles. (La fragata HMS Avenger cañoneó su casa por error).

255 hombres y 3 mujeres

Pérdidas materiales

De acuerdo a los datos de la Fuerza Aérea Argentina, los británicos sufrieron las siguientes pérdidas: 31 aeronaves derribadas o destruídas, 8 buques hundidos o destruidos, 11 buques averiados de consideración y 11 buques averiados.

Las fuentes oficiales británicas reconocen la destrucción de 6 aviones Sea Harrier FRS.1, 4 Harrier GR.3, 3 helicópteros Chinook HC.1, 5 Sea King HC.4/HAS.5, 9 Wessex HAS.3/HU.5, 3 Lynx HAS.2, 3 Gazelle AH.1 y 1 Scout AH.1. De éstos, 5 Harrier/Sea Harriers y 18 helicópteros fueron destruídos por acción enemiga. Otro Harrier GR.3 fue dañado por metralla de la artillería antiaérea, lo cual le provocó un incendio durante su descenso en el portaaviones Hermes y no volvió a tomar parte en el conflicto.

En lo que hace al componente naval de la Task Force, fueron hundidas o destruídas 7 naves de distinto porte (2 Destructores, 2 Fragatas, 1 buque portacontenedores, 1 buque logístico y una lancha de desembarco), todas ellas víctimas de ataques aéreos. Dos destructores y dos fragatas fueron dañados al punto de ser retiradas del teatro de operaciones por el resto de la guerra.


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