Historia Argentina

lunes, 11 de agosto de 2008

Domingo Faustino Sarmiento

Juventud

Sarmiento nace el 15 de febrero de 1811, en un humilde casa, en la ciudad de San Juan capital de la provincia homónima, hijo de José Clemente Quiroga Sarmiento y Paula Albarracín. Su verdadero nombre era Faustino Valentín Sarmiento. Según algunas fuentes el nombre Domingo se le adjudicó sucesivamente aunque no figuraba en su partida de nacimiento. Entre 1815 y 1821 cursa estudios en la Escuela de la Patria de su ciudad natal; finalizados éstos viaja con su padre a la ciudad de Córdoba a cursar el seminario pero no le es concedida una beca. En 1823, luego de tratar vanamente de ingresar al Colegio de Ciencias Morales en Buenos Aires, trabaja como asistente del ingeniero Victor Barreau en la Oficina de Topografía de San Juan. Ese mismo año su tío José de Oro es desterrado a San Francisco del Monte y él lo acompaña.

En 1827 es reclutado dentro del ejército federal. Según sus relatos, Sarmiento, como alférez de milicia debía realizar tareas que lo incomodaban. Presenta un reclamo y es citado por el gobernador Manuel Quiroga; durante la reunión Sarmiento pide ser tratado con equidad, pero esto es tomado como un desacato y es enviado a prisión. Debido a éste, y a otros enfrentamientos personales con integrantes del ejército federal, decide abrazar la causa unitaria y se incorpora al ejército comandado por José María Paz.

Exilios

Debido a la victoria federal en 1831 en su provincia se ve obligado a emigrar hacia Chile, donde realiza distintas actividades para subsistir. Durante este período contrae matrimonio con María Jesús del Canto, con la que tiene a su hija Ana Faustina Sarmiento, quien será madre de Augusto Belín. En 1836, mientras se desempeña como minero, contrae tifoidea y, a pedido de su familia, el entonces gobernador de San Juan, Nazario Benavídez, le permite volver a la Argentina.

De regreso en su ciudad natal, forma parte de la Sociedad Dramática Filarmónica, y luego funda la Sociedad Literaria (1838), filial de la Asociación de Mayo; comienza a participar de actividades artísticas, teniendo contacto con la Generación de 1837 y retoma la actividad política. De hecho la sede del grupo artístico del que forma parte es utilizado como centro de reunión de quienes se oponían a Juan Manuel de Rosas, por entonces gobernador de Buenos Aires y encargado de las Relaciones Exteriores de Argentina.

En 1839 funda el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa, un instituto secundario para señoritas, y crea el periódico El Zonda, desde el cual dirige duras críticas al gobierno. Debido a sus constantes ataques al gobierno federal, el 18 de noviembre de 1840 es apresado y nuevamente obligado a exiliarse hacia Chile.

Nuevamente en Chile se dedica de lleno a la actividad cultural. Escribe para los periódicos El Mercurio, El Heraldo Nacional y El Nacional; y funda El Progreso. Crea y dirige en 1842 la Escuela Normal de Preceptores, la primera institución latinoamericana especializada en preparar maestros. También impulsa el romanticismo, llegando a polemizar con Andrés Bello. Su labor como pedagogo es reconocida por la Universidad de Chile nombrándolo miembro fundador de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y en 1845 el presidente Manuel Montt Torres le encomienda la tarea de estudiar los sistemas educativos de Europa y Estados Unidos.

Durante su paso por Francia aprovechó para encontrarse con José de San Martín que vivía exiliado por propia voluntad en su residencia de Grand Bourg.

Una vez finalizado su viaje por el mundo, en 1848 se casa con Benita Martínez Pastoriza, viuda de su amigo Domingo Castro y Calvo, y adopta al hijo de estos, Domingo Fidel ("Dominguito"); y se instala en Yungay. Durante un año se dedica de lleno a escribir, y fruto de ello son Viajes por Europa, África y América, en el cual escribe sobre lo observado en sus viajes, y Educación popular, donde transcribe gran parte de su pensamiento educativo, y su proyecto de educación pública, gratuita y laica.

Al año siguiente se separa de su esposa para luego volver con Dominguito a la Argentina.

Dominguito

En medio de su larga vida, se destaca el joven Domingo Fidel Sarmiento, conocido popularmente como Dominguito. El nació en Chile en 1845, siendo hijo de Domingo Castro y Calvo y Benita Martínez Pastoriza. Su nombre original era Domingo Fidel Castro y siendo muy pequeño muere su padre. Su madre se casa con un también viudo procedente de Argentina, Domingo Faustino Sarmiento quien lo adoptó en 1848. A los cuatro años aprendió a leer. En su país natal cursó estudios primarios y terminó el bachillerato en Argentina. Se estalla la guerra contra Paraguay, conocida como Guerra de la Triple Alianza y Dominguito decide alistarse en el ejército argentino pese a la oposición de su madre. El participó con el grado de capitán del dicho ejército.

En septiembre de 1866, Dominguito cae mortalmente herido en la batalla de Curupayty y enseguida muere a los 21 años de edad. Esto sucedió al tiempo que su padre Sarmiento desempeñaba el cargo de ministro plenipotenciario de la Argentina en Estados Unidos. Allí recibe la triste noticia de la muerte de su querido hijo adoptivo por medio de los enviados especiales de Bartolomé Mitre y cayó en una profunda depresión nada más al enterarse.

Poco tiempo después Sarmiento renuncia al cargo diplomático y emprende el regreso a Buenos Aires. Ya en la capital argentina, se dirige directamente al cementerio donde se encontró con la tumba de su extrañable Dominguito y allí pasó un largo rato muy devastado. Desde entonces Sarmiento no volvió a ser el mismo de antes a raíz de la prematura muerte de Dominguito, que lo dejó marcado por el profundo dolor hasta su muerte,[cita requerida] acaecida en Paraguay en 1888. Años después decide escribir la biografía de su apreciado hijo: "Vida de Dominguito".

Carrera política

Sarmiento durante su mandato presidencial (1873)

En 1851 ingresa como gacetillero en el ejército de Justo José de Urquiza. Luego de la caída de Rosas entra en conflicto con Urquiza y se ve obligado a volver a Chile. Durante este periodo entabla discusiones con Juan Bautista Alberdi acerca de la política del país.

En 1855 regresa a la Argentina, en Buenos Aires, es electo concejal (1856) y luego senador durante tres períodos (1857, 1860 y 1861), mientras tanto se desempeña como jefe del Departamento de Escuelas.

Luego de la batalla de Pavón, acompaña al general Wenceslao Paunero en la campaña a Cuyo, una vez allí es designado gobernador de San Juan (1862). En 1864, a causa de la muerte de su amigo Antonino Aberastain, inicia una persecución que finaliza con la ejecución del caudillo riojano Chacho Peñalosa, a raíz de ello el gobierno lo envía en misión diplomática durante tres años.

En agosto de 1868 se realizan elecciones nacionales, siendo elegido candidato por un grupo de políticos del país (entre ellos el coronel Mansilla) mientras se encontraba en los Estados Unidos. El 12 de octubre de 1868, asume como presidente, cargo desde el que promueva la educación y el desarrollo de las comunicaciones en el país.

Al finalizar su mandato presidencial, transmite la presidencia a Nicolás Avellaneda, en 1874. En 1875, asume como senador nacional por su provincia, cargo que abandona en 1879 para asumir brevemente como Ministro de Interior para Nicolás Avellaneda. Luego ocupa el cargo de Superintendente de Escuelas durante el gobierno de Julio Argentino Roca, pero renuncia a causa de diferencias radicales con Avellaneda y el propio Roca. En 1885, funda en Buenos Aires, el diario "El censor".

En 1887 viaja al Paraguay junto a su hija, donde intenta contribuir con el progreso del país.

Debido a su endeble salud fallece en Asunción el 11 de septiembre de 1888 a los 77 años de edad. El 21 de septiembre, sus restos regresan a Buenos Aires, y son sepultados en el Cementerio de la Recoleta de esa ciudad.

Desde su posición, Sarmiento defendió la educación de la mujer a la par del hombre, y mantuvo una fuerte amistad con Juana Manso, a quien consideró la única persona en América Latina que había interpretado su plan de educación. En una carta dirigida a ella, la saluda por el reestablecimiento de los Anales de la Educación, y felicita al gobierno argentino por esta decisión, además de aseverar que la mujer, por su instinto maternal es el ser idóneo para encargarse de la educación infantil.

Sarmiento gobernador

Sarmiento arribó a San Juan como enviado nacional por parte del presidente Mitre y asumió el poder en el año 1862. Donde se encontró con la provincia empobrecida y dividida, por eso trató de ordenar las finanzas y de impulsar el modelo basado en la civilización y el progreso, logrando en tan solo dos años cambiar por completo la fisonomía de su provincia con numerosas obras públicas de todo tipo.

En materia educación y cultura creó una Legislación que establecía la educación pública, gratuita y obligatoria, inauguró nuevas escuelas primarias, colegio Preparatorio, la Quinta Normal (actualmente Escuela de Enología) y Escuela de Minas (actualmente Escuela Industrial), ambas ubicadas en la ciudad de San juan y edita nuevamente el periódico El Zonda. En cuanto obras pública incorporo alumbrado y empedrado público, apertura y ensanchamiento de calles, forestación, confección del plano topográfico de la provincia de San Juan. Desde el punto de vista económico, fomento de la explotación minera (diputación de Minas, Compañía de Minas), leyes impositivas (patentes y sellos de justicia)y en lo social, proyecto de colonización y desarrollo agrícola con los inmigrantes. Sin embargo, la lucha, y la muerte del caudillo Chacho Peñaloza y la oposición interna que debió afrontar impidieron el logro total de sus proyectos y ante la falta de apoyo de sus comprovincianos, renunció al gobierno en 1864.

Obra literaria

· Mi defensa, 1843.

· Facundo o Civilización y Barbarie, 1845; Trata sobre el caudillo riojano Facundo Quiroga y las diferencias entre los federales y unitarios. Es una descripción de la vida social y política del país que tiene alcances sociológicos e históricos, pues ofrece en él una explicación sociológica del país fundada en el conflicto entre la «civilización» y la «barbarie», personificadas respectivamente en los medios urbano y rural.

· Vida de Aldao, 1845.

· Método gradual de enseñar a leer el castellano, 1845.

· Viajes por África, Europa y América, 1849; Autobiográfica.

· Argirópolis, 1850.

· Recuerdos de provincia, 1850; Autobiografía.

· Campaña del Ejército Grande, 1852.

· Las ciento y una, 1853; serie de epístolas dirigidas a Juan Bautista Alberdi.

· Comentario a la Constitución de la Confederación Argentina, 1853.

· Memoria sobre educación común, 1856.

· El Chacho, 1865; sobre el caudillo riojano Ángel Vicente Peñaloza.

· Las escuelas, bases de la prosperidad, 1866.

· Conflicto y armonías de las razas en América, 1884. En esta obra desarrolla una concepción semejante a la de Facundo, pero encarada desde el punto de vista étnico. Su primer tomo es de 1884 y el segundo, póstumo, que según su autor es «Facundo llegado a la vejez».

· Vida de Dominguito, 1886; sobre su hijo adoptivo, muerto en la Guerra de la Triple Alianza.

Su aporte a las ciencias y a la enseñanza

Sarmiento realizó una importante contribución al saber gracias al aporte que realizó como promotor del progreso científico y una acción y prédica constante a favor de la enseñanza y creación de instituciones científicas y culturales.

Durante su presidencia se inició la formación profesional de maestros. Creó escuelas normales anexas a los colegios nacionales de Corrientes y de Concepción del Uruguay en 1869 y de Paraná en 1870. Fundó el Colegio Militar, la Escuela Naval, y escuelas de arboricultura y agronomía en San Juan, en Mendoza, y más tarde en Tucumán y Salta.

Creo escuelas primarias en varias provincias e importó de Europa gabinetes de ciencias y colecciones de historia natural

Por su iniciativa se crearon en la región cuyana las cátedras de mineralogía en los Colegios nacionales de Catamarca y de San Juan, que se convertirían en 1876 en la Escuela de Ingenieros de San Juan.

En cumplimiento de una ley de 1869 encomendó a Germán Burmeister las gestiones para incorporar veinte profesores europeos para la enseñanza de ciencias exactas y naturales en la Universidad de Córdoba.

Durante su gestión como representante argentino en Estados Unidos logró que el astrónomo Benjamin Apthorp Gould aceptase viajar a la Argentina para crear un observatorio astronómico. Cuando Gould llegó a la Argentina, Sarmiento ya era presidente y había creado el Observatorio Astronómico de Córdoba que adquiriría en aquel entonces relevancia internacional. También a Sarmiento y Gould se deben la iniciación de los estudios meteorológicos en Argentina al crearse en 1872 la Oficina Meteorológica Nacional que funcionó hasta 1884 en Córdoba y luego se trasladaría a Buenos Aires.

Pero no tan recordada es su anécdota con Alexander Hutton, padre fundador del fútbol argentino, y a la sazón, Rector del High School English. Al solicitarle permiso para enseñar el deporte de la pelota entre sus estudiantes (base del recordado Alumni) Sarmiento contestó: "Que aprendan, mi amigo, A las patadas pero que aprendan". El fútbol también le debe su impulso de finales de siglo XIX.

Papel moneda

Otro reconocimiento a Sarmiento por parte del Estado Argentino es la colocación de su imagen en los billetes de $ 50 de curso legal.

Un hombre polémico

ON NE TUE POINT LES IDÉES (Las ideas no se matan), escrito por Sarmiento en las Sierra Chica de Zonda, en San Juan, en su paso para el exilio a Chile. Vista al monolito levantado al pie de la sierras

ON NE TUE POINT LES IDÉES (Las ideas no se matan), escrito por Sarmiento en las Sierra Chica de Zonda, en San Juan, en su paso para el exilio a Chile. Vista al monolito levantado al pie de la sierras

La figura de Sarmiento continúa siendo polémica. Los numerosos escritos y artículos que escribió a lo largo de más de cincuenta años, cuya última recopilación (Universidad Nacional de la Matanza, Provincia de Buenos Aires, 2001, distribución a cargo del Fondo de Cultura Económica) insumió cincuenta y tres tomos y más de quince mil páginas, contienen algunos pasajes contradictorios y otros de notable violencia verbal.

A la par de su impulso al desarrollo del país, se señalan la crueldad de las tropas nacionales bajo sus órdenes en la represión de las rebeliones de los últimos caudillos (como el asesinato del General Ángel Vicente Peñaloza citado más arriba) y las levas forzosas de gauchos para luchar contra los indígenas.

Asimismo, se le critica su posición con respecto a la Patagonia, poniendo en duda la soberanía argentina sobre dicha región: "He contribuido con mis escritos aconsejando con tesón al gobierno chileno a dar aquel paso... El gobierno argentino, engañado por una falsa gloria, provoca una cuestión ociosa que no merece cambiar dos notas, Para Buenos Aires tal posesión es inútil. Magallanes pertenece a Chile y quizá toda la Patagonia... No se me ocurre después de mis demostraciones, como se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos. Ni sombra ni pretexto de controversia les queda". (El Progreso 11 al 28 de Nov. 1842 y La Crónica 11/3 y 4/8/1849). "Es una guerra desértica, frígida e inútil. No vale la pena gastar un barril de pólvora en su defensa. ¿Por qué obstinarse en llevar adelante una ocupación nominal?" (1868; 30/5/1881 y El Nacional, 19/7/1878).

Su postura con referencia al aborigen: "¿Lograremos exterminar los indios?. Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa canalla no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso, su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado". (El Progreso, 27/9/1844; El Nacional, 25/11/1876).

Asimismo, su crítica descarnada hacia las provincias más atrasadas del interior del país: "Son pobres satélites que esperan saber quien ha triunfado para aplaudir. La Rioja, Santiago del Estero y San Luis son piltrafas políticas, provincias que no tienen ni ciudad, ni hombres, ni cosa que valga. Son las entidades más pobres que existen en la tierra". (El Nacional, 9/10/1857).

Dirá de él su contemporáneo Juan Bautista Alberdi: "Detesta la sangre cuando no es él quien la derrama; aborrece los golpes de estado cuando no los da él mismo. No se mata las ideas, dice él, cuando son las suyas; pero es un Troppman para las ideas de los otros. La libertad de prensa es un ídolo, a condición de que no se use para criticar sus libros, porque entonces degenera en crimen de lesa-patria".

También se le atribuyen afirmaciones como: "Las elecciones de 1857 fueron las más libres y más ordenadas que ha presentado la América"'. (El Nacional, 13/10/1857). "Para ganarlas, nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y el terror, que empleados hábilmente han dado este resultado (de las elecciones del 29 de marzo). Los gauchos que se resistieron a votar por nuestros candidatos fueron puestos en el cepo o enviados a las fronteras con los indios y quemados sus ranchos. Bandas de soldados armados recorrían las calles acuchillando y persiguiendo a los opositores. Tal fue el terror que sembramos entre toda esa gente, que el día 29 triunfamos sin oposición. El miedo es una enfermedad endémica de este pueblo. Esta es la palanca con que siempre se gobernará a los porteños, que son unos necios, fatuos y tontos". (Carta a D. Oro 17/6/1857).

Atentado

El 22 de agosto de 1873, Sarmiento sufrió un atentado mientras se dirigía hacía la casa de Vélez Sarsfield. Cuando transitaba por la actual esquina de Corrientes y Maipú, en la ciudad de Buenos Aires, una explosión sacudió al coche en el que viajaba. El sanjuanino no lo escuchó porque ya padecía una profunda sordera. Los autores fueron dos anarquistas italianos, los hermanos Francisco y Pedro Guerri, que confesaron haber sido contratados por hombres de López Jordán. El atentado falló porque a Francisco Guerri se le reventó el trabuco en la mano. Sarmiento salió ileso del atentado y se enteró más tarde porque se lo contaron.

La muerte

Durante los años de 1887–1888, con la salud deteriorada por la sordera y una insuficiencia cardiovascular y bronquial, se refugió en el clima cálido de Asunción. Era ahora un anciano y su salud estaba quebrantada. Le costaba respirar y los médicos le aconsejan alejarse de Buenos Aires para evitar los fríos. Además se agudizaba su hipertrofia cardíaca. A comienzos de 1888 se embarcó con su hija Faustina y sus nietos para Asunción, donde ya había estado el año anterior.

A pesar de la enfermedad, seguía trabajando por la elevación paraguaya. Pero un 11 de septiembre de 1888, Sarmiento fallece en Asunción, Paraguay. Sus restos fueron inhumados en Buenos Aires, 10 días después. Ante su tumba, Carlos Pellegrini sintetizó el juicio general: “Fue el cerebro más poderoso que haya producido la América”.

Reconocimientos


Día del Maestro

En 1947 la Conferencia Interamericana de Educación, reunida en Panamá, estableció como Día Panamericano del Maestro al 11 de septiembre en homenaje al fallecimiento de Sarmiento considerando que “ninguna fecha es más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día en que pasó a la inmortalidad Domingo Faustino Sarmiento”.

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