Historia Argentina: CENTROS DE DETENCION CLANDESTINOS

lunes, 18 de agosto de 2008

CENTROS DE DETENCION CLANDESTINOS

Centro clandestino de detención

Los centros clandestinos de detención (CCD) fueron instalaciones secretas empleadas por las fuerzas armadas y de seguridad para ejecutar el plan sistemático de desaparición de personas implementado por la dictadura militar que ocupó el poder en la Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional.

Las Fuerzas Armadas clasificaban los CCD en dos tipos:

Lugar de Reunión de Detenidos (LRD): tenían una organización más estable y estaban preparados para alojar, torturar y asesinar a grandes cantidades de detenidos.

Lugar Transitorio (LT): tenían una infraestructura precaria y estaban destinados a funcionar como un primer lugar de alojamiento de los detenidos-desaparecidos.

El plan del gobierno de facto, que ejerció el poder en Argentina entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, formaba parte de las operaciones de contrainsurgencia clandestinas, comenzadas pocos años antes, en el marco del Operativo Independencia, para eliminar la disidencia política. Operativos similares se llevaron a cabo en otros países de la región, con el apoyo expreso del gobierno de los Estados Unidos, interesado en promover a toda costa el control del comunismo y otras corrientes ideológicas opuestas a su bando en la guerra fría.

Panorama general de Buenos Aires

Los primeros CCD fueron instalados en 1975, antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976. En ese año ya estaban en funcionamiento la Escuelita en Faimallá (Tucumán) y el Campito (Provincia de Buenos Aires). También en 1975 funcionó un CCD en la planta de la empresa Acindar en Villa Constitución, presidida por José Alfredo Martínez de Hoz, como parte de la estructura represiva organizada para contener la huelga declarada por el sindicato UOM en mayo de ese año

En 1976 llegaron a existir 610 CCD, pero muchos de ellos fueron temporarios y circunstanciales. Luego de los primeros meses posteriores al golpe de estado, la cifra se estabiliza en 364 CCD. En 1977 la cantidad se reduce a 60. En 1978 hay 45 CC, y para 1979 los centros llegan a 7. En 1980 quedaban dos: la ESMA y el Campito (Campo de Mayo). En 1982 y 1983 la ESMA era el único campo de concentración que seguía siendo utilizado (Seoane 2001, 227/228).

En Buenos Aires hubo 60 centros, en la provincia de Córdoba 59 y en Santa Fe 22.

Cinco grandes centros fueron el eje de todo el sistema: la ESMA y Club Atlético en la Ciudad de Buenos Aires; el Campito (Campo de Mayo) y el Vesubio en el Gran Buenos Aires (Provincia de Buenos Aires); y la Perla en Córdoba.

A pesar de sus diferencias, los CCD fueron organizados con una estructura y un régimen de funcionamiento similar. Todos los CCD contaban con una o más salas de torturas, amplios espacios para mantener a los desaparecidos siempre en condiciones de gran precariedad, y un centro de viviendas para los torturadores y guardias. Casi todos tenían algún tipo de servicio médico. En algunos casos hubo servicios religiosos permanentes para el personal militar.

Los Grupos de Tarea (GT, también conocidos como "patotas") estaban encargados de realizar los secuestros, generalmente de noche. Inmediatamente los detenidos-desparecidos eran llevados al CCD correspondiente, donde permanecían constantemente encapuchados y esposados. Inmediatamente eran severamente torturados e interrogados por los mismos integrantes de los GT. El tiempo de este período inicial de tortura variaba considerablemente, pero en términos generales puede decirse que oscilaba entre uno y dos meses. Con posterioridad a ese período inicial de tortura-interrogatorio, se disponía:

el asesinato del detenido-desaparecido o detenida-desaparecida. En todos los CCD se utilizó el mismo eufemismo para referirse al asesinato del detenido-desaparecido: "el traslado". Los métodos utilizados para el asesinato y desaparición de los cadáveres variaron desde los llamados vuelos de la muerte, los fusilamientos en masa, fosas comunes, tumbas NN, incineración de cadáveres, etc.

el blanqueo: se legalizaba al detenido-desaparecido y se lo ponía a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. A partir de 1980, de esta situación, podía derivar la deportación y el exilio, por el uso de la opción constitucional (Art. 23), o el enjuiciamiento por tribunales militares y la condena a prisión.

la libertad.

la continuidad como detenido-desaparecido, por razones variadas (utilización como esclavos, colaboradores, rehenes, etc.).

Durante su permanencia en el CCD se procedía sistemáticamente a la deshumanización de los detenidos-desaparecidos mediante diversos procedimientos: sustitución del nombre por un número, violaciones, animalización, humillación, hacinamiento, condiciones intolerables de alojamiento, desnudez forzada, racismo, antisemitismo, homofobia, etc.

También existió una política y un procedimiento común para las detenidas-desaparecidas que se encontraban embarazadas. En ese caso se postergaba el asesinato y se producía un parto clandestino con supresión de la identidad del bebé quien era entregado para su crianza a personas íntimamente vinculadas al sistema represivo, y en algunos casos partícipes del asesinato del padre y/o madre biológico.

Ubicación de CCD en la Argentina

Ciudad de Buenos Aires

La ESMA

El centro clandestino de detención más famoso y casi emblemático del Proceso fue la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA). Ubicado en el casino de oficiales de esa institución de la Armada Argentina, en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires (Núñez), sobre la Avenida del Libertador al 8200 ( [mostrar el lugar en un mapa interactivo] 34°32′18″S 58°27′49″O / -34.53833, -58.46361), funcionó desde marzo de 1976 a noviembre de 1983.

Dependía en última instancia del almirante Eduardo Massera, y estuvo directamente a cargo del Grupo de Tareas 3.3/2, dirigido por el contraalmirante Rubén Chamorro y el capitán el Tigre Acosta. Otros célebres represores que formaron parte del mismo fueron Alfredo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo y Adolfo Scilingo; el presbítero Alberto Ángel Zanchetta fue capellán de la ESMA durante 1977.

La ESMA se convirtió en la base del poder político de la Marina y en particular de Massera; fue clausurado en noviembre de 1983, luego de las elecciones en las que ganó Raúl Alfonsín y pocos días antes de que asumieran las autoridades constitucionales.

El 24 de marzo de 2004 el presidente Néstor Kirchner y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra firman un "Acuerdo entre el Estado nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para la construcción del espacio para la memoria y para la promoción y defensa de los derechos humanos en el predio de la ESMA" que quedó registrado bajo el Nº 8/04. La decisión fue anunciada en un acto masivo, en el que se abrieron las puertas de Escuela de Mecánica de la Armada.

El Olimpo

"El Olimpo" fue un centro clandestino de detención ubicado en el oeste de la ciudad de Buenos Aires, barrio de Velez Sarfield entre las calles Olivera, Ramón Falcón, Lacarra, Fernández y Rafaela ( [mostrar el lugar en un mapa interactivo] 34°38′13″S 58°29′11″O / -34.63694, -58.48639). El centro tenía en la entrada un cartel que decía "Bienvenido al Olimpo de los Dioses. Los Centuriones". El centro sólo funcionó durante seis meses, de agosto de 1978 a enero de 1979, sin embargo allí fueron alojados 700 detenidos de los cuales sobrevivieron 50.

Este centro clandestino dependía de Guillermo Suárez Mason (apodado el carnicero del Olimpo), comandante del I Cuerpo del Ejército Argentino. El responsable del campo fue el Mayor del Ejército Guillermo Minicucci, y de él dependían también oficiales de la Policía Federal Argentina como Julio Simón (apodado "el Turco Julián") y Juan Antonio del Cerro apodado "Colores").

El edificio era un galpón que se utilizaba como terminal de colectivos, hasta que en los comienzos del Proceso de Reorganización Nacional fue expropiado por las Fuerzas Armadas. A principios de 1978 se construyeron las celdas para alojar a los detenidos, las cuales fueron construidas por detenidos que fueron trasladados desde otros centros

El CCD tenía 4 hileras de 20 celdas cada una, con argollas de hierro en las paredes para sujetar a los prisioneros. Existía una sala de guardia, el casino de los suboficiales, las habitaciones donde dormirían los carceleros, letrinas, un lavadero, una zona de duchas, y un almacén en el que se depositaban las neveras y televisores robados durante las operaciones de secuestro. Las instalaciones incluían dos salas de tortura, con cableado eléctrico reforzado.

Con la llegada de la democracia el edificio pasó a manos de la Policía Federal Argentina, y fue convertido en un centro de verificación automotor. El predio fue declarado sitio histórico mediante la Ley 1197 de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y en junio de 2005 fue traspasado al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en cumplimiento del acuerdo firmado entre el Presidente Néstor Kirchner y el Jefe de Gobierno Anibal Ibarra el 4 de octubre de 2004. En 2006, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires junto con organizaciones vecinales y de derechos humanos se encuentran evaluando el futuro uso del predio.

En 1999 se realizó una película con el nombre de "Garage Olimpo", dirigida por Marco Bechis.

Club Atlético

"El Club Atlético" fue un centro clandestino de detención ubicado en el sur de la ciudad de Buenos Aires, cercano al barrio de La Boca en la Avenida Paseo Colón 1200. Recibió ese nombre por estar ubicado en las proximidades del Club Atlético Boca Juniors.

Se trataba de un edificio público que fue demolido para construir la autopista 25 de Mayo. Con posterioridad se encontraron sus ruinas y el Gobierno de Buenos Aires ha comenzado a realizar las excavaciones necesarias para recuperarlo como espacio de memoria.

Gran Buenos Aires

El Campito

El Campito fue el principal campo de concentración utilizado por el ejército. También era conocido como "Los Tordos". Funcionó en Campo de Mayo (San Miguel (partido), Gran Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires), la más importantes guarnición militar de Argentina entre 1975 y 1982. Por allí pasaron unos 5000 detenidos. Solo 43 sobrevivieron.

Campo de Mayo es una enorme área militar de 5000 ha, a 30 km del centro de la Ciudad de Buenos Aires. Ubicado cerca de las ciudades de San Miguel y Villa Mayo, en la zona donde se cruzan la Ruta Nacional 8 y la Ruta Provincial 202 (34º 32' 09' S 58º 39' 44' W), que lo bordean. En el Hospital Militar de Campo de Mayo funcionó un sistema de partos clandestinos.

En Campo de Mayo, de marzo de 1976 a 1980 funcionaron cuatro CCD: el Campito, "La Casita" o "Las Casitas", la Prisión Militar de Encausados, y el Hospital Militar.

El centro estuvo bajo el área de mando del Comando de Institutos Militares, que en la época de su funcionamiento estuvo a cargo de los generales Santiago Omar Riveros, José Montes, Cristino Nicolaides y Reynaldo Benito Bignone. El Campito estuvo dirigido directamente por el teniente coronel Jorge Vosso, en tanto que el mayor médico Julio César Caserotto fue jefe del servicio de Maternidad del Hospital Militar.

En el Hospital Militar de Campo de Mayo ha sido detectado como uno de los centros en que se realizaban partos clandestinos de prisioneras, para proceder luego al secuestro de los niños, la supresión de su identidad y la entrega de los mismos, usualmente a matrimonios integrados por militares que no podían tener hijos. En muchos casos los "padres adoptivos" han sido partícipes de los asesinatos de los padres y madres biológicos de los niños.

Uno de los represores del "Campito", el ex sargento Víctor Ibañez, confesó y describió ampliamente sus características. Su testimonio se encuentra recogido en el libro Campo Santo, de Fernando Almirón (1999). En una parte del libro Ibáñez dice:

Cuando entré al lugar, lo primero que me golpeó fue la imagen de toda esa gente así, encerrada ahí adentro. Los colchones, tirados sobre el piso de baldosas rojas, con las cabeceras apoyadas contra las paredes. Uno al lado del otro, en una hilera que daba toda la vuelta a lo largo del galpón. Todas las ventanas estaban tapadas con mantas verdes que no dejaban entrar la luz del sol. Las lámparas estaban siempre encendidas, nunca se sabía cuándo era de día y cuándo de noche (1). Arriba de cada uno de esos colchones de lana viejos, de cotín rayado, estaban sentados los detenidos. Encapuchados, con las manos atadas por delante con una soga y en absoluto silencio.

(Almirón 1999)

A partir del establecimiento de la democracia en 1983, se han presentado proyectos para establecer allí un polo industrial, crear centros de estudios terciarios y universitarios, mantenerlo como reserva ecológica, etc.

El Vesubio

El Vesubio fue un centro clandestino de detención utilizado por el Ejército que estaba ubicado en el Gran Buenos Aires, en la localidad de La Tablada (Partido de La Matanza), cerca del cruce del Camino de Cintura con la Autopista Riccheri que lleva al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en un terreno del Servicio Penitenciario Federal. "Empresa El Vesubio" era el nombre clave que utilizaban para referirse al mismo las fuerzas represivas. Comenzó a funcionar en 1975 siendo utilizado por la Triple A, antes del golpe de estado, con el nombre de "La Ponderosa" y dejó de funcionar en 1978. Entre desaparecidos y sobrevivientes al menos 400 personas estuvieron detenidas allí.

Estaba en la Zona Militar Nº 1, bajo jurisdicción del I Cuerpo de Ejército al mando del General Carlos Guillermo Suárez Mason, quien visitaba periódicamente el campo, y directamente a cargo de la Central de Reunión de Inteligencia (CRI) del Regimiento 3 de La Tablada, bajo el mando del Coronel Federico Minicucci. Allí también operaban los coroneles Juan Bautista Sasiain y Franco Luque. El Jefe de El Vesubio era el Mayor Pedro Alberto Durán Saenz.

Los lugares donde se alojaban los detenidos se denominaban las cuchas, y en el centro de torturas se había colocado un cartel que decía «si lo sabe cante, si no aguante».

Allí estuvieron detenidos, entre otros Héctor Oesterheld, el autor del Eternauta y el escritor Haroldo Conti así como la ciudadana alemana Elisabeth Kaesemann, Elena Alfaro, Ana María di Salvo, Luis Alberto Fabbri, Rodolfo Goldin, Daniel Jesús Ciufo y Catalina Oviedo de Ciufo.

Otros prisioneros de El Vesubio identificados por la justicia italiana y alemana son Claudio Gimbini, Mario Sagroi, Esteban Adrian, Ofelia Alicia Cassano, Rosita Luján Taranto de Altamiranda, Horacio Altamiranda, Juan Marcelo Guinar Soler, Graciela Moreno, Jorge Antonio capello, irma Beatriz Marquez, Silvia de Sánchez, Jórge Máximo Vásquez, Luciano Scimia, Jorge Watts, Marta Barea, María del Pilar García y Francoise Dauthier.

El Vesubio dejó de funcionar y sus edificios demolidos en 1978 debido a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Debido a la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida realizada en 2003, la justicia argentina ordenó en el año 2006 la detención de ocho represores que actuaron en El Vesubio: el general (R) Héctor Gamen, alias “Beta”, Pedro Durán Sáenz, o “Delta”, jefe inmediato del centro, José Néstor Maidana, Hugo Pascarelli, Ramón Erlán, Roberto Carlos Zeolitti, Diego Chemes, Alberto Neuendorf. Este último actuaba en el campo desde 1975 y perteneció a la Triple A.

Actualmente el terreno se encuentra deteriorado y sin uso. En la Cámara de Diputados se ha presentado un proyecto para transformar el predio en un espacio para recuperar la memoria.

La Mansión Seré

La Mansión Seré, Quinta de Seré, o Atila fue un centro clandestino de detención (CCD) que funcionó en una casa antigua de dos plantas, ubicada en la Calle Blas Pareras en el límite entre las localidades de Castelar e Ituzaingó, Partido de Morón, Provincia de Buenos Aires.

Entre 1977 y 1978, el lugar funcionó como centro clandestino de detención bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea con asistencia de la Policía Bonaerense de Castelar.

La película Crónica de una fuga (2006) del director de Adrián Caetano recrea la historia real de la fuga desde ese centro de Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García.

A partir del año 2000 funciona en el lugar la Casa de la Memoria y la Vida y la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Morón.

Provincia de Córdoba

La Perla

La Perla, también llamado la Universidad, fue el principal centro clandestino de detención (CCD) utilizado fuera de la zona de Buenos Aires. Por allí pasaron unos 3000 detenidos.

Estaba ubicado a 12 km de la Ciudad de Córdoba, sobre la Ruta Nacional N° 20 que lleva de la ciudad capital a Carlos Paz. Las instalaciones son visibles desde la ruta, sobre la mano derecha, yendo hacia Carlos Paz, frente a la fábrica Corcemar (31º 25' 52 S 64º 17' 50 W).

La Perla fue instalado en 1975, antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 y fue desmontado en 1979.

Estaba dentro de la Zona Militar 3 bajo, a cargo del III Cuerpo de Ejército bajo el mando del general Luciano Benjamín Ménéndez, quien inspeccionaba frecuentemente el CCD; el general Sasaian fue su segundo al mando y el coronel César Emilio Anadón, estuvo al mando directo de la Perla.

En el libro "Sobrevivientes de la Perla" los autores relatan:

En La Perla los prisioneros eran fusilados en los campos aledaños al centro. Hasta allí eran trasladados en un camión bautizado “Menéndez Benz”. Geuna contó: “Antes de descender del vehículo, eran maniatados. Luego se los bajaba y se les obligaba a arrodillarse delante del pozo y se los fusilaba. En los fusilamientos participaban oficiales de todas las unidades del Tercer Cuerpo, desde los subtenientes hasta los generales”.

(Contepomi 1984)

Con posterioridad a 2000, en Córdoba se tomó la decisión de crear un Museo de la Memoria, en el edificio donde funcionó el Departamento de Inteligencia D-2, de la policía local, sobre el pasaje Santa Catalina, en uno de los costados del histórico Cabildo de la ciudad de Córdoba. El D-2 no era un CCD permanente, sino el lugar de llegada de los detenidos que estaban en tránsito hacia La Perla o la Penitenciaría del barrio San Martín.

Provincia de Tucumán

Escuelita de Famaillá

A la escuelita de Famaillá le correspondió el triste privilegio de constituirse en el iniciador de la experiencia de los campos de concentración en el país.

En febrero de 1975, con la puesta en marcha del "Operativo Independencia", se asienta en la localidad de Famaillá un centro clandestino de detención a cuyo cargo se encontraba primeramente el general Acdel Vilas, y del que luego se haría cargo el general Antonio Domingo Bussi. Desde ese momento hasta la fecha del golpe militar del año 1976 funcionó en una escuela que se encontraba en construcción en la ciudad de Famaillá.

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